Parque Benito Juàrez, Xela, Guatemala, viernes 30 de julio 2010
Éste performance cuestiona la noción difundida a través del tiempo por algunos grupos conservadores de la sociedad que asevera que la homosexualidad es una enfermedad y que por consiguiente tiene posibilidades de cura. La performera se coloca gabacha de doctora y se dedica a diagnosticar casos de heterosexualidad en vez de homosexualidad y a su vez ofrecer la cura correspondiente. Esta acción juega con los elementos de la paradoja, lo absurdo y las contradicciones al mensaje original, que alude a que la homosexualidad es una enfermedad y que se puede tratar con procedimientos médicos inclusive.
Durante muchos siglos, la actitud de la Iglesia Cristiana con respecto a la sexualidad humana fue muy negativa: el sexo era para la procreación, no para el placer; las mujeres y los esclavos eran considerados como propiedad de los varones y muchas expresiones de la heterosexualidad, así como la homosexualidad, fueron consideradas pecaminosas. Muchas iglesias de hoy están influidas por un siglo de pensamiento psicoanalítico promovido a través de una poderosa minoría de médicos que consideraba a la homosexualidad como un tipo de enfermedad. A pesar de que este punto de vista ya haya sido ampliamente desacreditado por la ciencia médica contemporánea, algunas iglesias y autoridades eclesiales continúan siendo influidas por esta idea.